23 de marzo
Volvimos a Shush para visitar los sitios turísticos, ya que el día anterior no habíamos visto nada más que el parque de atracciones.
En el camino desde Andimeshk, vimos unas cosas interesantes, entre ellas unos camiones hasta arriba de ajos:
Y un puesto de la policía con un ejemplo a no seguir (de estos vimos varios en el viaje):
Sush tiene su nombre de Susa, una de las antiguas capitales persas. Se pueden ver sus ruinas (no muy impresionantes, más bien son unos muritos de barro) así como el Château de Morgan - en français dans le texte - que albergaba en los siglos XIX-XX a los arqueólogos para que no les asaltasen las tribus árabes de la región.
En esta foto se ven los dos: castillo y ruinas.
Subiendo al castillo nos encontramos con unos españoles que trabajaban en la zona construyendo un horno de pan iraní. Fueron los únicos occidentales que vimos hasta el último día del viaje.
También vimos la tumba del profeta Daniel, que es una mezquita con una tumba dentro, pero no se podía sacar fotos.
Después de un mini-picnic en el parque de atracciones (¡hay falafels! unn cambio bienvenido en nuestra dieta), fuimos en dirección a las ruinas de Haft-Tappeh que vio Chema mientras me iba con los niños a otro parque de atracciones, mucho más pequeño que el otro. Compramos un helado en forma de teléfono (de que los niños todavía hablan con nostalgia) y se montaron en unos caballitos sin motor que empujaba un señor a mano, todo esto bajo la guardia de un oficial de policía que se debía aburrir, porque no nos dejó solos ni un momento, "para que no nos pase nada". Fue muy amable y hablaba bien inglés, incluso nos consiguió una vuelta de caballitos gratis.
Por la noche volvimos a Andimeshk, donde me compré mi primer Smartphone, Chema se cortó el pelo y tomamos un batido de chocolate delicioso en el Karma Café.
Shush
Volvimos a Shush para visitar los sitios turísticos, ya que el día anterior no habíamos visto nada más que el parque de atracciones.
En el camino desde Andimeshk, vimos unas cosas interesantes, entre ellas unos camiones hasta arriba de ajos:
Y un puesto de la policía con un ejemplo a no seguir (de estos vimos varios en el viaje):
Sush tiene su nombre de Susa, una de las antiguas capitales persas. Se pueden ver sus ruinas (no muy impresionantes, más bien son unos muritos de barro) así como el Château de Morgan - en français dans le texte - que albergaba en los siglos XIX-XX a los arqueólogos para que no les asaltasen las tribus árabes de la región.
En esta foto se ven los dos: castillo y ruinas.
Subiendo al castillo nos encontramos con unos españoles que trabajaban en la zona construyendo un horno de pan iraní. Fueron los únicos occidentales que vimos hasta el último día del viaje.
También vimos la tumba del profeta Daniel, que es una mezquita con una tumba dentro, pero no se podía sacar fotos.
Después de un mini-picnic en el parque de atracciones (¡hay falafels! unn cambio bienvenido en nuestra dieta), fuimos en dirección a las ruinas de Haft-Tappeh que vio Chema mientras me iba con los niños a otro parque de atracciones, mucho más pequeño que el otro. Compramos un helado en forma de teléfono (de que los niños todavía hablan con nostalgia) y se montaron en unos caballitos sin motor que empujaba un señor a mano, todo esto bajo la guardia de un oficial de policía que se debía aburrir, porque no nos dejó solos ni un momento, "para que no nos pase nada". Fue muy amable y hablaba bien inglés, incluso nos consiguió una vuelta de caballitos gratis.
Por la noche volvimos a Andimeshk, donde me compré mi primer Smartphone, Chema se cortó el pelo y tomamos un batido de chocolate delicioso en el Karma Café.



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